Chistes de: Atlantes

Estaban dos atlantes y uno le dice al otro:
Oye Manolo, te vendo un auto.
Y el otro le responde:
¿Y para qué quiero un auto vendado?

Una vez estaban muchos atlantes reunidos en una junta, ya que estaban cansados que todos los chistes sean acerca de ellos. En eso, el líder dice:
¡Ya estamos cansados de que hagan chistes de atlantes!
¡Sí! Grita toda la gente.
¡Ya no queremos que todos los chistes sean acerca de nosotros!
¡Sí! ¡Viva! ¡No más chistes de nosotros!
Y para celebrar, que alguien cuente un chiste que NO sea de atlantes.
En eso, entre toda la gente se levanta un hombre y dice:
Este bien, qué tal éste, estaban dos japoneses, uno se llamaba Manolo y el otro Venancio...

Manolo, el típico atlante con su radio de los domingos para escuchar los partidos, imagínense si no lo encuentra:
¡Mujer! ¿Dónde has puesto mi radio!
Lo lave y está secando allá afuera.
¡Hostias que serás bruta! ¡Segurito has ahogado al locutor!

Un atlante se encuentra una lámpara maravillosa, la frota y sale el genio quien le dice:
Por ser atlante te voy a conceder sólo un deseo en vez de tres.
Quiero que me construyas una carretera desde México hasta Madrid.
No, eso es muy difícil, pide otra cosa, eso es imposible.
Quiero que le quites lo tonto a todos los atlantes.
¿De cuántos carriles quieres tu carretera?