Iba un hombre caminando por la selva, cuando de pronto lo rodearon un grupo de salvajes caníbales, y se les veía que no tenían muy buenas intenciones.
Ahora si, ¡Ya me llevó el demonio!, dijo el hombre.
En eso, el cielo se abrió, apareció un rayo de luz y se escuchó una voz:
¡No, todavía no!
Por:
Edgar Garcia - Monterrey - Nuevo León - México
rec.:9/mar/1999 pub.:1/ene/2000