Le dice un borracho al otro:
Fíjate que cada vez que bebo, me hago más guapo.
¿Y eso por qué?
Porque cada vez que llego a mi casa, mi mujer me dice: ¡Ay, ay, qué lindo!
Por:
José Norberto Gómez - Honduras
rec.:7/jul/2003 pub.:29/sep/2003 Enviado:22/jun/2004