El doctor llega a ver al paciente, que se revuelve en la cama víctima de una elevada fiebre diciendo:
¡Ay, esposa mía, mi bella esposa, hermosa mujer, guapa compañera, tan linda, tan bonita!
El médico se vuelve hacia la señora y le pregunta:
Dígame usted, ¿Cuánto tiempo tiene el enfermo de estar delirando?
Por:
Reiver Rodriguez - Nuevo Laredo - Tamaulipas - México
rec.:26/nov/1998 pub.:13/feb/2000 Enviado:13/feb/2000