Una mujer con muy poca educación entra a la farmacia del pueblo y pide al farmacéutico
un frasco de Frecuencia.
El farmacéutico la mira y le dice:
-Oiga, señorita, en mis 30 años de experiencia en este negocio,
Nunca he oído de ese producto. ¿Es algún perfume nuevo, de la casa
Cartier, de Guerlain o tal vez de L’oreal?
-Qué sé yo, poh. Yo tampoco conozco la fragancia, pero ahora que
jui al ginecógolo me ijo que me lavara el poto ( glúteos ) con Frecuencia.
Por:
Juan - Canadá
rec.:28/jul/2011 pub.:28/jul/2011