Chiste #213
Clasificación: Animales
Nota:
3.18 / 1149
En una ocasión caminaban por el desierto un forastero, su caballo y un perro. En cierto trayecto del camino el caballo no caminó más y exclamó:
¡Tengo mucha sed! El forastero al oír al caballo hablar se asustó mucho, y corrió, corrió hasta quedar rendido de tan tremendo susto. El perro al ver a su amo, había hecho lo mismo; casi sin poder respirar el perro y el forastero, tendidos en la arena del desierto, el perro exclamó: ¡Vio que susto nos dio ese condenado caballo!
Por:
Hernando Alfaro - Costa Rica
rec.:8/jul/1997 pub.:1/ene/2000 Enviado:25/feb/2017 Comentarios sobre este chiste |